Para Carlos

Capuccino, el monito sanador
Un cuento de Orchidée


En un lugar recóndito de nuestra Amazonía vive Capuccino, el monito sanador. Su abuela le enseñó los secretos de las plantas y frutos para curar todo tipo de males. Por las mañanas baja del frondoso árbol que es su hogar y visita a los animalitos enfermos. Los cuida con cariño y esmero.

Un día, paseando por la rivera del río, se encontró con una bella mariposa azul que estaba muy triste y revoloteaba toda confundida.

- Hermosa mariposa, dijo Capuccino, ¿porqué estás así toda triste y confundida?

- !Ay monito¡ , dijo la mariposa azul, no sabes lo que ha ocurrido...
Le contó que algo muy raro estaba sucediendo al otro lado del río: muchos animales habían enfermado repentinamente. Presentaban un extraño mal, todos tenían los mismos síntomas.

- Es una epidemia- dijo Capuccino. Tengo que ir a sanarlos antes que sea demasiado tarde.

- No podrás monito- dijo la mariposa azul, tendrías que atravesar el río y los monos no saben nadar... yo podría llevarte volando pero soy muy pequeña. Y diciendo esto se alejó volando rápidamente.

-"Debo curarlos, ya encontraré una solución a este problema".

Y se puso a pensar y a pensar... de repente su rostro se iluminó con una linda sonrisa y dijo:
¡Ya sé cómo! ¡Ya sé cómo!!!!

Se paró a la vera del río y gritó con mucha fuerza: ¡Kamiri!, ¡Kamiri!

Y al punto apareció un hermoso delfín rosado, de esos que rara vez podemos ver.

- Kamiri, preciso tu ayuda..por favor llévame al otro lado del gran río. Muchos animales están muy enfermos, debo ir a curarlos.

- Está bien,entre animales tenemos que ayudarnos, yo te ayudaré a cruzar el gran río. No tengas temor, sube a mi lomo y agárrate bien.

Capuccino subió al lomo de Kamiri y pudo cruzar el río. Caminó y caminó; finalmente llegó al lugar de la epidemia. Atendió a los enfermos y gracias a sus conocimientos mezcló una serie de hierbas y preparó una poción que poco a poco los fue sanando. Se quedó algunos días más con ellos y luego volvió a su hogar feliz por haber cumplido su misión.

Nada puede detenerte cuando te propones algo