Kamiri, el delfín rosado

(Un cuento de Orchidée)

Soy Kamiri, el delfín rosado. A diferencia de mis semejantes no me escondo a pesar que nuestra especie está en peligro de extinción. Ellos me avisan si hay peligro como cuando algún cazador o depredador anda cerca.

El Gran Hacedor me dio el don de comunicarme con otros animales, así que tengo muchos amigos. Los niños también son mis amigos; los que me conocen me buscan en mi lugar secreto, montan en mi lomo y se divierten con mis piruetas. Sus sonrisas iluminan mi corazón.

Una noche de luna llena sucedió algo asombroso: Apareció una hermosa mujer con traje plateado y me dijo:


- Soy la diosa Luna. Tienes un buen corazón y quiero premiarte por ello cumpliendo uno de tus sueños: Te otorgo el don de volverte niño para que juegues con tus amigos.

- ¿Eso es posible?- repliqué


- Sí, Kamiri. Ven a visitarme cada luna llena en este mismo lugar y por un día completo serás niño. Y dicho esto desapareció.

Un rayo de luna me iluminó y quedé envuelto en su magia convertido en niño. No podía creerlo. Amaneció y fui corriendo donde mis amigos, ellos me estaban buscando en el agua. Me acerqué y les conté mi increíble historia; al principio no me creyeron entonces me lancé al agua y reconocieron mi forma de nadar. Me llevaron al campamento y me dieron de comer.



Pasé todo el día experimentando cosas nuevas: caminar, correr,cantar, bailar y hablar como humano. Conocí a los ancianos que me contaron relatos de antaño que pasan de generación en generación. Me enteré que consideran a los delfines rosados seres mágicos con poderes curativos, por eso nos protegen. Pero no todos los humanos nos tratan así. Llegada la noche volví donde mis semejantes para compartir mis vivencias.

Se me ha permitido habitar en ambos mundos para aprender los secretos de la naturaleza y comprender que unidos podemos lograr un mundo mejor.

Cada luna llena retorno al mismo lugar y soy feliz. Si algún día vinieras a la selva puede ser que nos encontremos, sólo debemos creer que la magia es posible...